Y llegó un día en el que decidió sentar cabeza de una vez y
paso de tomar siempre peligrosos atajos diferentes a tomar la carretera más
larga, la más segura.
Es increíble lo fácil q suena, lo difícil que es, lo simple
que es.
Son las 5 de la mañana de un jueves, y en lo único que puede
pensar es en agarrar la carretera, dejar de buscar atajos, atajos que ya
conoce, que el sabe que tomándolos no va a pasar nada malo, o por lo menos no se va morir, ni le van a robar el auto.
Es inimaginable lo tedioso que se hace, lo divertido que es.
Los atajos, como bien saben todos, son caminos más cortos,
poco conocidos algunos, con poco transito, pero que si no se conocen bien, se puede
terminar perdido y metido en el medio de la nada, sin nadie, o con alguien q no
te gustaría cruzarte en el medio de la nada.
Es muy emocionante llegar más rápido, es muy aburrido ser el
primero en llegar y tener que esperar a alguien más.
Como bien saben todos, la carretera es un camino que se toma para trasladarse de un lugar a otro medianamente rápido, donde muchas veces hay mucho transito, donde puede haber accidentes, donde la gente puede quedar herida o incluso puede perder su vida. La mayoría de los conductores ponen su vista en el camino, algunos disfrutan del camino, otros escuchan música y unos pocos disfrutan del paisaje.
Es increíble lo detestable que es manejar en la carretera,
lo hermoso que es el paisaje, lo lindo que es tener un buen acompañante.
Y finalmente decidió tomar la carretera, la más larga, la
mas segura, con el mejor acompañante y con el mejor paisaje.
Y se dio cuenta en
lo lindo, lo divertido y lo hermoso que puede ser manejar por la carretera.
Disfrutando de la compañía, del paisaje y del camino.
Porque al fin y al cabo
se dio cuenta, y aprendió, que no tiene sentido, llegar a destino, sin haber
disfrutado el recorrido.